13 abr 2013

[.Dilucidaciones.]


.Una noche extraña. Un mail inesperado. Un amanecer tranquilo. Una mañana fresca. La llamada inevitable. Insisir. Insistir. Insistir. Por fin contestan. Una plática escueta, breve. La confirmación de lo sospechado. Frustración. Mezcla de enojo, impotencia y otras cosas. Un pequeño nudo en la garganta. Pensar. Pensar. Pensar. En fin. No importa. Ya se resolverá. Ya lo resolveré. Pero antes de cerrar el capítulo, escribir un mail. Nada del otro mundo. Puntualizar lo importante. Releer. Ya estuvo. Enviar. Listo, ya se fue. Lo que será, será. Un vacío en mi estómago. Mis ojos tristes. Mi mente un tanto aturdida. Vagar en la red un rato. Cosas que no buscas pero que encuentras. Me clavo en un video. Interesante. Me quedo. Medito. Realmente interesante. Termina el video. Me deja una sensación diferente. Bueno, lo seguiré meditando. Y luego, nada, a otras cosas. Me sacudo un poco la mala sensación de la llamada. Voy, subo, arreglo, coloco todo. Iniciar. Listo. Divago un poco más. Le sigo dando vueltas al asunto pero más tranquila. Busco opciones. Leo. Analizo los pros y contras. Uff!. Que cansancio. La verdad no estoy segura qué será mejor. Pasa el tiempo, escucho una voz. N llega. Dejo todo eso para después. La solución no es apremiante. Hay tiempo. Tengo tiempo todavía. Bajo, me olvido un poco del asunto. Después de un rato, le comento a N. No importa. No te preocupes. Ya será. Lo resolveremos. Pasa la tarde. Nada en particular. El sol está muy alto e intenso. Se despide después de un rato dejando el cielo pintado de naranja. A pesar de ese espectáculo (efímero), mi ánimo se desinfla con el pasar de los minutos. Estoy cansada de pensar y repensar. Aquel viene. Una visita de doctor. Nada, sólo entregar encargos y hacer cuentas. Luego, Adios, hastamaña y esas cosas. Regreso a cenar y termino el día. Qué día más largo. Uff, pero ya acabó. Me apresto. Inicio el pequeño ritual. Escucho una conversación de N con la Nona. Quiero leer, pero el cuerpo ya no me da para más. Así que desisto. Apago la luz. Cierro los ojos. Escucho a lo lejos el pasar de algunos autos que van de prisa. Luego me voy desconectando. Me pierdo entre las sombras de la noche. Morfeo me convence y yo, sin resistencia, me adentro con él a otro mundo.