8 jun 2013

[.Andar los días.]


El andar de los días, me atraviesa, me sobrepasa, paso a paso avanzan hacia lo incierto, hacia la nada. No importa que no se tenga un fin, ellos avanzan, si parar, sin parpadear, sin dudar, avanzan, a la nada del todo, o al todo de la nada -al final es lo mismo-; se van acumulando, todo ellos, entre sensaciones, sentimientos, dudas, desaciertos, desencuentros, todo ello converge en una sola dirección; y ahí está todo eso -la vida- acumulándose de a poco; como imágenes sobrepuestas de una extraña películas; y en medio de todo esto, en la penumbra, uno aparece, indefenso, incierto... insignificante. Uno se mira desde lejos, desde afuera de si mismo y no se reconoce; ¿cómo se puede ser el protagonista de una historia y no saberlo?; la vida es así, es tan propia y tan ajena al mismo tiempo; uno cree ser el arquitecto de su propio destino, pero el destino es escurridizo, engañoso, uno cree ir en una dirección pero no siempre 1+1 es igual a 2.

A veces al subir se baja, al avanzar se retrocede, de alguna manera es así y uno, ingenuo, no se da cuenta hasta que ya se ha llegado a cierto punto, a un punto sin retorno, cuando ya es tarde -o uno cree que es tarde- para volver al camino, a los ideales primeros, para enmendar los errores, para rectificar; pero ¿rectificar qué o cómo?. Uno está parado en medio de la vida con todos esas cosas en medio de uno mismo; y es tal vez allí donde uno tendría que rendirse... rendirse en el sentido de aceptar que la vida a veces nos pone en un lugar que no planeábamos o a dónde no pensábamos llegar, ¿quién nos asegura que haciendo todo como uno quería, no hubiéramos llegado al mismo lugar?.

En fin. El caso es que la vida es así. El andar del tiempo es incansable, uno es esclavo de ello, o al menos su víctima -en cierto sentido- pues uno no puede hacer nada por detenerlo. Nada. Absolutamente nada. Lo aceptas, lo niegas o lo sufres, pero no puedes cambiar el hecho de que la vida avanza y se nos va de las manos paso a pasito; en cada pestañeo, en cada respiro, con cada despertar, así tengamos los ojos bien cerrados o abiertos de par en par.

La vida es así; el andar de los días me atraviesa, me traspasa, me aniquila; sigo avanzando hacia la nada; hacia el todo; hacia el universo de tus deseos; hacia el destino que tranquilo espera mi llegada.