3 dic 2012

[.Los días que duelen y se van.]


 Sin ganas de hacer drama ni nada, debo confesar que estoy adolorida, sí, me duele un poco el corazón, no puedo negarlo; siento adolorida una parte de mi y por ratos no dejo de llorar, pero está bien, porque es mejor que se desborden mis ojos que sentir la acumulación de los días por dentro....

Recuerdo aún la pregunta angustiosa ¿es por  la foto?., no supe entonces bien qué contestarte. Hoy podría decirte que la respuesta es si y no. Ésta fue algo inesperado, pero más inesperada fue tu justificación, esa sí no me la esperaba. Creo que si me hubieras contestado cualquier otra cosa, habría podido dejar pasar el momento, pero fue algo tan directo (tan sincero) que no pude hacerlo, aunque lo intenté.

Creo que en sí el hecho no fue, más bien son las tantas cosas detrás de ella. Cosas de las que no se pueden pedir disculpas porque uno no puede pedir disculpas por quien es (ya te lo había dicho).Y tampoco es reclamo, ni ganas de hacerte sentir mal, sinceramente te lo digo.

Tu dirás que si importa y que si lloro es aún peor, pero no lloro por que las cosas tengan que ser así, aunque reconozco que me da un poco de tristeza que el mundo tenga que ser de esta forma y no de otra (mejor); en realidad lloro por y para mi. Lloro por las ideas rotas, por los ideales irrelevantes, por mi ingenuidad (esa maldita ingenuidad); lloro para dejar ir todo eso y que deje de dolerme todo por dentro; lloro para poder avanzar y tener una mente más clara y menos enredada que deje de aturdirme y atarme a esos abismos que tanto detesto. ....

Me tomé personal lo de la foto, sí lo confieso. Al principio en mi cabeza era sólo eso, pero después fue algo más -muchas cosas más-, porque igual estaba conciente de que tal vez eso no tenía absolutamente nada que ver conmigo, aunque me cueste trabajo aceptarlo, así que pasando ese punto, las muchas cosas comenzaron a dar vueltas en mi aturdida cabeza, para mi fue como el inicio del fin, fue un golpe de realidad que vino a darse de esa forma en un sábado cualquiera que parecía sería igual que cualquier otro; ahora estoy segura que si no hubiera sido esto, hubiera sido cualquier otra cosa, pues algo en nuestra inercia estaba sumamente viciado; necesitábamos que algo así pasara, de la nada -como suelen suceder las cosas en la vida- para entonces abrir los ojos y darse uno cuenta de que ha estado en un estado de pasmo casi irreal, que las cosas han ido caminando así -ni bien ni mal-, sólo caminando, pero que no tienen sentido como tal.

Aún con esa claridad -si es que le puedo llamar así-, el dolor es real y profundo, pero como tu bien me dijiste, en esta vida, el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional, así que a pesar de todo, quiero vivir el proceso y soltar las cosas para no sufrir; quiero encontrar el sentido de las cosas e ir recogiendo los pedazos de mi que dejé tirados por el camino; quiero ser coherente conmigo misma y no dejar que la vida me rebase y me llevé por un camino sin senda... quiero ser quien soy y no sentir que debo pedir disculpas por ello, quiero avanzar y crecer... y quiero soltarte para que tu lo hagas también, en tu espacio, a tu ritmo... en tu realidad, con tus posibilidades y hasta donde desees.

No te dejo ir porque no me importes, es exactamente lo contrario.