27 nov 2012

[.Tán sólo ayer...]

Como hay días que parecen de lo más normales y de pronto pasa algo y ¡pum!, todo cambia de un segundo a otro.

El ambiente, la pesadez, la manera en como me descompongo con el pasar de los minutos, mi esfuerzo por arreglar todo en mi cabeza para no sonar fuera de lugar o de contexto...

Sí, invariablemente todo sucede en mi cabeza; es ahí donde quiero solucionar todo, encontrar la explicación correcta a una situación absurda -o grotesca en este caso- pero hay cosas que no necesitan interpretación, son lo que son y punto.

Y aún así yo tratando de encontrar un punto de restauración (como lo hago a veces con mi computadora), ojalá fuera tan sencillo como hacer eso, pero hay puntos en que uno no puede regresar a donde estaba, aunque lo intente (aunque se quiera).

y yo ahí, muriéndome por dentro, deseando estar en cualquier otro lugar menos ahí, deseando que el día termine para irme a casa y llorar un poco....

No fue lo que vi, en realidad no puedo explicarlo con la claridad que desearía, más bien fue un golpe de realidad que no esperaba recibir, un "date cuenta de una vez por todas de las cosas". Así, duro, contundente, seco. Esto me hizo volver a la realidad -nuestra realidad- que tantas veces le he dicho pero que de pronto es como si hubiera decidido dejar de lado, no hacerle frente, engañándome, como si esta se pudiera ir o cambiar, así como así, nada más deseándolo.

Me sentí tonta y estúpida, tal vez por dejar que ciertas ideas se anidaran en mi cabeza o por pensar que ciertas cosas no podían tocarnos... y eso me pesó, me pesó tanto que me irritó ser tan ingenua, tan sentimental... tan tonta. ... y luego querer llorar ¡querer llorar en público!, no hay cosa que deteste más que hacerlo en público...- me hace extremadamente vulnerable, además de suceptible a un sinfín de comentarios...-.

En fin. El hecho es que ese día para mi es un punto de no retorno, pero no porque algo se haya roto, es más bien que por fin dejé de mentirme y de desear las cosas a medias, me ayudó a salir de un pasmo (como dice la protagonista de "Pánico o Peligro"), que no te deja actuar aunque tengas la intención. Ese día se cerraron los días en los que me dije (secretamente) que las cosas podrían pasar de alguna forma. Fue así de simple como lo dije antes, una bofetada en seco de realidad.

Y sí, estoy un poco dolida, sí, también un poco desilusionada, pero las personas son somos personas y no somos perfectos y yo no tengo derecho y ni es mi intención juzgar sus acciones. Estoy dolida más bien por la caída, dolida conmigo misma por haberme dejado llevar hasta este punto, hasta ésta situación cuando yo sabía perfectamente que estaba del lado equivocado del camino.

A pesar de esto, a pesar de tener las cosas claras, me cuesta actuar normal (aunque todavía no se bien que significa eso del todo), pero intento ser yo lo mejor que puedo, de dejar ese impulso que tengo de cortar de tajo las cosas, en este caso se que no puedo hacerlo, en 1ra porque no es correcto, en 2da, porque estaría totalmente fuera de lugar y en 3ra, porque sería lo más fácil de hacer; yo a veces soy así, impulsiva cuando me doy cuenta de que algo no es como debería ser, es todo o nada , es fácil dar vuelta a la página y dejar todo atrás, medio inacabado, medio confuso, pero finalmente atrás, y no, está vez quiero saber separar las cosas, quiero terminar la historia, porque muy mala que sea el final; aunque en este caso no es que sea mala, es simplemente un poco complicada y a veces ha sido, un poco confusa, pero no más.

Y estoy aquí tratando de acomodar todo de nuevo en su lugar, pero confieso que realmente no se bien por dónde voy a continuar, o cómo serán los días después de este, lo único que me alegra es que he tenido el deseo de escribir de nuevo (es casi una necesidad compulsiva) y eso al menos le da cierto sentido a mi realidad en este momento.

.....