28 nov 2012

[.La vida pasa muy de prisa.]


Hace ya tiempo que decidiste tomar mi mano y no soltarla. Yo te dejé como no teniendo más remedio, pero la verdad es que eso me hacía sentir acompañada. Han sido días que no olvidaré fácilmente y aunque creas que estoy tirando todo por la borda, no es así, es sólo que tengo que ser coherente conmigo misma y con las cosas que quiero. No es que no te quiera a ti, no me mal entiendas, es mucho más complicado que eso; quiero que estés y quiero estar para ti, pero de otra manera a la que tu deseas en tu mente.

Y sabes que verte llorar me descompone, te veo ahí tan sólo, tan vulnerable.... y sí, me dan unas ganas inmensas de abrazarte, pero me detengo porque siento que eso sería regresar a cierto punto, ese punto al cual -en verdad- no quiero volver. Ya no. Mucho tiempo fue así, pero ya no. Ya no quiero.

Las vacaciones terminaron -como te dije la otra vez. Fueron días muy felices, con sus altas y bajas, pero finalmente distintos y divertidos. No estoy diciendo que ya no los vayamos a tener, que ya todo ha terminado. En cierto modo ha terminado, pero es sólo una etapa. Las cosas no siempre salen como uno las desea, pero eso no quiere decir que sea malo.

Se que en estos momentos no entiendes mis motivos -o los entiendes pero no los aceptas-, quiero evitarte un dolor mayúsculo, pero eso es algo que tu nunca has querido comprender, te niegas, rotundamente, pero el día llegó, pudo ser hoy o cualquier otro -lo sabes- no fue mi intención hacerlo ahora, es sólo que pasó y para mi también fue duro ese golpe de realidad que no esperaba tan de pronto.

Sigo estando aquí, aunque me percibas de manera distinta. Sigo siendo yo, aunque mi voz a veces suene un poco distante. Sigo queriendo divertirme como hasta ahora, sólo que con las cosas más claras, sin cabos sueltos que me hagan perder el rumbo o al menos me lo nublen.

La vida pasa y pasa a veces muy de prisa; los días se van como agua, se deslizan por entre los dedos, -por más que uno quiera contenerlos-, así que hay que irles siguiendo el paso, no dejarlos ir sin sacarles provecho, sin acariciarlos al menos. Sigamos adelante y recolectemos momentos que nos hagan sonreir después al pensar en ellos, pues la vida pasa... y pasa muy de prisa y yo no quiero que a ninguno de los dos se nos escape de las manos...

Sigue adelante que yo iré contigo (tal vez distinta... pero contigo).