31 ene 2013

[.Esos días que se nos fueron de las manos.]

No tengo nada en particular que decirte, sin embargo te escribí. Te escribí uns líneas como hace siglos -parecieran siglos en verdad- que no.

Eras unos de mis mejores amigos, no sé cuándo fue que todo se acabó o cúando se quedó colgado de la esquina del olvido. Recuerdo que de pronto tú no eras tú -o al menos no el que conocí-. Te convertiste en una versión muy snob de ti y te detesté. Si, te detesté. Aunque lo que más odié fue perderte, perder esa relación que era tan especial -a pesar de tántas cosas (tu sabes cuáles)-.

Han pasado muchos días desde la última vez que hablamos; muchas cosas también han pasado desde entonces. Me hubiera gustado que estuvieras con nosotras cuando pasó lo que pasó, un "dime si necesitas algo" no era la respuesta que esperaba, pero, bueno, no es reclamo. Creo que no puedo reclamarte nada, al menos no ahora.

Sé que los días que vivimos no regresarán, aunque me gustaría que así fuera, no exactamente iguales, sólo su sinceridad y su gracia. Me gustaría no haberte perdido y que no me (nos) dejaras ir con tanta facilidad. Me gustaría poder llamarte sin sentirme fuera de lugar y que tu mismo nos saludaras, más que nos mandaras saludar. 

Te escribí con la esperanza que de esos días algo haya quedado. Te escribí porque te extraño y no puedo decirtelo de frente,-llámalo cobardía u orgullo, da igual aunque no me jacto de ello-; la cosa es que te extraño, esa complicidad que tuvimos y la verdad no estoy segura de que de eso todavía quede en ti algo, a veces los días que pasan deslavan tanto las cosas, que eso que era ya no lo es más, ni lo será....

Aún así te escribí.  No tengo nada en particular que decirte, sólo que quisiera que a pesar de todo (de ese todo) hubieramos podido ser amigos.

Tal vez aún podamos serlo. Tal vez no sea demasiado tarde. Tal vez....