cuando todo es un caos y uno ya no sabe a donde pertenece
...
Ha pasado más de un año, el mundo es un caos -más que de costumbre-
y yo, aquí, aún tratando de darle sentido a la vida...
(...continuará...)
No todo ha sido malo este año, pero es difícil verlo, es difícil ser positivo o tener esperanza, pero al final eso es lo único que queda... la esperanza de que las cosas van a mejorar en algún momento, tal vez no hoy, ni mañana, pero si en algún punto.. pero hay que ser fuertes, resistir y cuidarnos (no sólo físicamente).
Estar triste está bien -y por "bien" quiero decir que es: humano, natural y válido sentirse así...-, pero no dejes que esa tristeza te consuma o te destruya, hay que dejar que pase, sentirla, vivirla, llorarla y dejarla ir...
Reprimirse no es saludable, negar que las cosas son difíciles tampoco, la vida es como es y hay que afrontarla, con sus cosas lindas y con las dificultades, la incertidumbre siempre está ahí, solo que este año se hizo más patente que nunca.
Así que a lo mejor estamos rotos, cansados y hasta incompletos, pero estamos vivos y eso ya es mucho decir (¡realmente un verdadero logro!) al menos en este año -que es más bien para el olvido-, por eso aférrate a todas esas cosas buenas que todavía tienes: familia, amigos, mascotas, vecinos (los buenos)...
y bueno, hoy por fin puedo decir: adiós 2020, adiós, no te extrañaré (tenlo por seguro)...